APUNTALAR Y ELIMINAR RAMAS SECAS

A estas alturas de temporada las naranjas ya van cogiendo tamaño, por lo que las ramas cada vez deben soportar más peso, hasta el punto que muchas de ellas llegan a tocar el suelo.

A continuación os vamos a explicar qué inconvenientes puede tener esto y cómo trabajamos en Supernaranjas para solucionarlo.

Cuando la fruta está cerca del suelo o incluso tocándolo, está expuesta a caracoles, insectos, pequeños roedores, … que provocan manchas y defectos en la piel de la naranja que impiden su comercialización como naranjas de mesa, pues resultan desagradables a la vista. Pero también la humedad del suelo puede provocar la podredumbre del fruto, debido al efecto de un hongo saprófito llamado Phytophthora. Este hongo vive en todos los suelos, en mayor o menor cantidad,  sobre restos de materia orgánica descompuesta o en descomposición. Los daños directos producidos por este hongo son:

–          Destrucción de raíces absorbentes.

–          Exudación de goma en la base del tronco.

–          Defoliación y secado de ramas.

–          Y el aguado, es decir, daños directos en la fruta con caída de ésta al suelo y merma de la producción (que es en lo que nos centraremos en este artículo).

Para evitar el aguado puede ser útil la realización de tratamientos fungicidas específicos, dirigidos principalmente a las faldas y zonas bajas de los naranjos, protegiendo los frutos allí ubicados.

 En Supernaranjas somos reacios a realizar este tipo de tratamientos por la presencia de residuos que aparecen en los frutos si no se tiene en cuenta un plazo de seguridad entre la aplicación del producto y la fecha de recolección. A nosotros nos gusta aplicar técnicas más ecológicas, aunque a pesar de ello, no se nos permita tener la etiqueta de “agricultura ecológica” por tratarse de parcelas muy pequeñas (minifundio) – este tema es motivo de un artículo nuevo que abordaremos en próximas entregas.

La solución al aguado consiste en levantar las ramas, para alejar el fruto lo máximo posible del suelo. De este modo, se reduce hasta en un 80% la cantidad de fruta que podría verse afectada por el aguado.

 Además, si levantamos todas las ramas, también tenemos otra ventaja añadida: es más sencillo eliminar (arrancar o segar) las malas hierbas que crecen debajo de los naranjos y sirven de vehículo transmisor tanto a los hongos como a los caracoles o insectos, que les permiten alcanzar más fácilmente la fruta.

Para levantar las ramas se usan puntales, que no son más que cañas o forcas hechas a medida para ello. Durante las épocas de verano donde el trabajo en el campo disminuye, los agricultores cortan cañas de distintas longitudes y las acaban en forma de “Y” para poder aguantar las ramas posteriormente.

La tarea de apuntalar por supuesto es 100% manual, consiste en colocarse debajo del árbol e ir elevando una a una todas aquellas ramas que contienen frutos cercanos al suelo. En un árbol se suelen colocar alrededor de unos 10 puntales. Por supuesto, una vez acabe la recolección hay que volver para recoger todos los puntales y aprovecharlos para la campaña siguiente. Un puntal suele servir para 2 o 3 temporadas.

 El coste de cada puntal, si vamos a comprarlo caso de que no nos lo fabriquemos nosotros, oscila entre los 7 y 10 céntimos de euro, dependiendo de su longitud y grosor. Y éste es el resultado final:

Además, aprovechamos el estar en el interior del árbol para ver si existen ramas secas, que en caso de viento, arañarían la piel. Estos frutos por dentro serían exactamente igual que los no dañados, pero estéticamente presentarían defectos en la piel que impedirían clasificarlos como de primera calidad. Por eso se cortan y el naranjo queda saneado.

Acabamos de explicar dos de los trabajos que de manera manual y ecológica ayudan a aumentar la calidad de nuestras naranjas, naranjas cuidadas con mimo desde el inicio de temporada y que van a contribuir a la demostración de que nuestro proyecto Supernaranjas es SOSTENIBLE, así como que el minifundio es capaz de persistir pese a tener costes de producción más elevados. Comprando Supernaranjas nos ayudas a tal demostración y, sobre todo, ayudas a la supervivencia del minifundio. Porque otra forma de hacer las cosas es posible.